miércoles, 3 de septiembre de 2008

Cura Rápida de Fobias - Intervención Terapéutica. Final


INTERVENCIÓN


Como ya estaba propiciado, previamente el estado de relajación en la cliente, lo que hice fue retomar el estado de confortabilidad y seguridad anterior, explicando antes a Ada, muy resumidamente lo que íbamos a hacer. Calibrando que ella se sintiera en todo momento muy cómoda y segura. Le dije que en un momento dado, teníamos que recordar algunos eventos pasados, sobre ese miedo a las arañas, pero que ella iba a estar en todo momento protegida. Ella asintió con la cabeza cuando le pregunté si tenía claro si había habido algún evento que le fomentara ese miedo. Le pedí que me tomase mi mano izquierda con su mano derecha –recordemos que su auto-ancla, era cerrar su puño izquierdo, con lo cual decidí pedirle la otra mano, para poder utilizar su ancla si fuese necesario- y le propuse que si en algún momento ella sentía alguna molestia o que quería parar, que podía apretar mi mano en señal, e inmediatamente iba a estar aquí conmigo totalmente tranquila y segura. Así comenzamos: Yo: “Muy bien Ada, mientras respiras muy profunda y tranquilamente vamos a permitir que el maravilloso poder de tu imaginación nos ayude en este camino para lograr el cambio que tanto deseas en tu vida. Recuerda en este momento, una situación en tu vida donde te hayas sentido tranquila, muy segura y confiada… Puede ser incluso que hayas actuado con mucha ecuanimidad y que hayas sabido protegerte y alejarte de posibles peligros… ¿Lo tienes? Muy bien… excelente..! Ahora quiero que revivas ese estado, que vayas a ese momento con total presencia… mira lo que mirabas, esos colores claros, esa luz a tu alrededor… escucha los sonidos de ese ambiente, tal vez siente algunas risas de algunos niños, o quizá te escuches a ti misma decirte que puedes estar tranquila… Te pido que en este momento que estás viviendo esto, aprietes mi mano, yo haré lo mismo con la tuya, así recuperaremos este estado cada vez que queramos… vale? Eso es..! Muy bien..!” Después de esto, “rompí el estado” sacando a Ada, suavemente de su imaginación. Como ya tenía elementos de acceso del estado fóbico, ya sabía que íbamos a trabajar y conocía la última experiencia de Ada con su fobia, calibré sólo un poco, cómo cambiaba su respiración, se aceleraba, su rostro se empalidecía y su expresión era de angustia. Pidiéndole que me dijera si lo que yo había entendido de el día en que apareció una araña en su oficina, había sido más o menos así, y le hice yo, un resumen de lo sucedido, mientras ella asentía, y entraba sólo un poco en ese estado de angustia e incapacidad. Para rápidamente “romper ese estado”, preguntándole a ella por su jefe, que tenía yo tiempo sin verle. A continuación corroboré con Ada, sobre la intención positiva que ella reconocía de su conducta, de su miedo, y enfaticé en que esto lo íbamos a mantener en todo momento, que ella continuaría disfrutando de su protección contra la mordedura de arañas. Y así le pedí a Ada que de nuevo se relajara y se dejase guiar por mis palabras: Yo: “¿Te gusta el cine Ada? Pues vamos a ir a uno muy especial, en este momento. Imagínate que estás en una butaca en el medio de un cine, que es muy confortable para ti, tiene la temperatura adecuada para ti, los asientos son especialmente adaptados a tu cuerpo… y estás allí, mirando una pantalla que proyecta una imagen tuya haciendo algo neutro: puede ser por ejemplo cepillarte los dientes, peinarte, cualquier cosa que hagas frecuentemente y que sea fácil y con mucha tranquilidad y habitualidad hacerlo para ti. Coloca ésta imagen en una foto en blanco y negro, con poca luz y pequeña… vas bien Ada –ella asintió con la cabeza-… Vale, continuamos… continua respirando tranquila y cómodamente y vamos a ir un poco más allá… Imagínate que flotas lejos de tu cuerpo… con suavidad y seguridad, te vas hacia atrás en esa sala de cine… y entras en la cabina de proyección del cine, o en la cabina del director… desde allí puedes verte sentada en la butaca y también observar la película de ti mismo que se proyecta… Lo tienes Ada?... Muy bien..! Te felicito, vamos por muy buen camino… Ada: ésta cabina es completamente segura, ya que está protegida por un vidrio anti-impactos y totalmente separada de la sala de cine y por supuesto, de la pantalla que estás mirando... Desde aquí, desde la cabina, a través del vidrio tras el que te encuentras, puedes verte a ti, sentada en el medio de la sala de cine y puedes también ver la foto tuya en blanco y negro que se encuentra en la pantalla… Si quieres aprieta mi mano, para que sepas que yo también estoy aquí contigo y que estás muy protegida, tranquila y segura… Ahora si podemos ver en esa pantalla… aquella experiencia que viviste… retrocede en el tiempo, hasta la primera vez que recuerdas haber experimentado esa sensación de miedo a las arañas. Y proyecta esa imagen de lo que está sucediendo en esa pantalla pequeña, y en blanco y negro… ¿La tienes Ada? ¿Quieres contármela?” Ada: “Si… estoy ahí jugando con mis primos, tengo 8 años, y siempre venimos aquí a la casa de mis abuelos en el campo… escucho las risas de mis primos, y yo estoy feliz, jugando… si… estamos jugando a las escondidas, ya yo he contado antes y ahora estoy por esconderme… mi primo más grande está contando… el sabe encontrar muy bien, así que corro a buscar un lugar perfecto para que no me encuentre… es un árbol, muy, muy grande… lo rodeo por detrás y veo que tiene un hueco enorme en donde yo puedo entrar a esconderme…” Yo: “Muy bien Ada… tranquila vas muy bien –noté que la respiración y el pulso de Ada se aceleraban – recuerda que estamos aquí mirando eso que está sucediendo ahí en la pantalla, lo ves claro, pero en pequeña imagen, lejos y en blanco y negro… continua contándome que pasó ahí… ¿estabas por esconderte…? Ada: “Si… estoy ahí… me he metido en el hueco de ese árbol enorme… y está oscuro, y todavía escucho los gritos de mi primo buscándonos… no quiero que me encuentre… de repente noto una sensación extraña, como si fuesen pelos, o algo raro… algo me está cayendo encima… son cosas pequeñas, como pelusas… y es muy desagradable…me las quito y me caen más y más de encima… vienen de arriba… está oscuro y ya no escucho nada… trato de salir y creo que tropiezo con algo, por el miedo… y no sé qué son esas cosas, me parece que son arañas pequeñas… pero son muchas… logro salir, eso creo… y tropiezo y caigo… todo se pone blanco… o negro… no se…. No recuerdo más nada de qué paso….” Yo: “Muy bien Ada… tranquila, respira profundamente… tranquila…. –noté que la respiración y el pulso de Ada se volvían a disparar, su mano estaba temblorosa y sudorosa, pero fría, y su rostro había empalidecido mucho– recuerda, de nuevo, que estamos aquí mirando eso que está sucediendo ahí en la pantalla, lo ves claro, pero en esa pequeña imagen… ¿Recuerdas algo más de lo que pasó después?” Ada: “Si… después de eso me recuerdo que estaba en una cama que no era la mía, me despertaba y ahí estaba mi mamá y mi papá… también había otro señor que yo no conocía, pero que me miraba amablemente… entonces mamá sonrió, pero tenía los ojos llorosos… y papá se vino a darme un beso… Escuché que mamá salía y hablaba con mis tías… escuché que decía que estaba todo bien…” Yo: “Muy bien Ada… excelente trabajo..! Te felicito… vamos muy bien…. Ahora te voy a pedir algo mucho más fácil, vamos a retroceder un poco esa película que acaba de pasar y vamos a congelar la imagen en una Foto, justo es el momento que estás jugando, que estás corriendo para buscar un escondite perfecto… y ves ese enorme árbol, que tiene ese agujero tan grande… Ya! Detén la imagen, y te pido que la recuerdes, es nuestra Foto 1 –noté que la respiración y el pulso de Ada eran normales, al igual que el color de su rostro y la temperatura de su mano- Ahora vamos a continuar… vamos a dejar que la película que está en esa imagen pequeña, en blanco y negro y que ahora es hasta borrosa..! Pase de nuevo… recuerda que la vez desde aquí desde esta cabina conmigo de la mano… que estás alejada, segura y tranquila… ¿puedes mirar cómo transcurre?... Excelente Ada, incluso haz que vaya un poco adelantada como si fuera más rápido de lo normal… sólo si eso te hace sentir aún más tranquila… Muy bien –en todo momento calibraba a Ada y su expresión era tranquila- Muy bien Ada, vamos a hacer una segunda Foto, vas a congelar la imagen en donde ya estás en el hospital, y tu papá se acerca a darte un beso, ves la cara de ese señor amable… y escuchas a tu madre decir: Todo va a estar bien… ¿La tienes?... Excelente..! Esa será nuestra Foto 2… Y ahora que lo has hecho tan bien, vamos a hacer lo más divertido Ada… vamos a pasar la película desde la Foto 1 a la Foto 2, muy rápido, allí en aquella pantalla, en blanco y negro, borrosa y pásala una vez más desde la Foto 1 a la Foto 2… sabe que todo tiene un comienzo y un final… la vida es así… por favor pasa de nuevo la película, sólo un poquitín más rápido ésta vez…. Muy bien… Ada…Excelente… Todo va a estar bien… Ahora Ada, sal de la cabina… ahora así tranquila, muy bien… entra en la Foto 2, mira desde tus ojos, siente esa cama que no era la tuya… siente el beso de tu papá… y escucha lo que dice tu madre saliendo de la habitación… estas ahí de nuevo tranquila y segura…Estás en esa experiencia… y en la medida en que entras… cada vez todo está más luminoso y claro… todo toma color, luz, intensidad… puedes escuchar todo a tu alrededor y sentir tu cuerpo, tu temperatura y contactar con ese estado de tranquilidad y bienestar... Ahora te voy a pedir que mientras yo hago el siguiente sonido –en todo momento calibraba a Ada y su expresión continuaba siendo muy tranquila, entonces hice un sonido como de cintas antiguas que se rebobinan, muy rápido- Así muy rápidamente, vas a devolver la cinta…. Así… eso es, muy bien… Y te detienes justo en la Foto 1,cuando estabas feliz y contenta jugando con tus primos… Ahí, muy bien Ada..! Excelente..! Lo has hecho estupendamente…” Observé, calibrando que no necesitaba repetir la experiencia para Ada, sin embargo, lo hice, sólo una vez más y su estado seguía siendo tranquilo y confiado, el estado fóbico, había desaparecido. Ada estaba preparada para imaginar una situación futura, un encuentro con “sus amigas” que ya no iban a resultar paralizantes. Entonces recordando nuestro acuerdo, le planteé una situación futura “intermedia” donde un compañero de trabajo venía a decirle que en la oficina de al lado de la de ella, había una pequeña araña… Calibré a Ada y seguía tranquila, le pregunté qué haría en esa situación y respondió que se quedaría tranquila en su oficina, tal vez se levantaría de su silla y con ecuanimidad, cerraría su puerta por si acaso, para asegurarse a través del teléfono si esta información era real, o si su compañero lo había hecho para probarla… Después de esto planteé para Ada, otra situación… una pequeña araña en un rincón de su propia oficina. Y ¡Oh! Sorpresa! Ada seguía tranquila… y se refirió a sus acciones, en forma pausada, diciendo, que ella ya sabía que esta pequeña araña, sola, no le haría daño, de todas formas se levantaría y saldría tranquilamente de su oficina para pedir a la señora de limpieza que por favor la sacara de allí. Yo le pedí que continuara con la experiencia hasta el momento de volver a su oficina, sentarse de nuevo en su silla y mirar hacia el rincón para constatar de que ya allí no había nada. Después de esta experiencia estaba muy agradecida con Ada, de su entrega y disposición a trabajar, además yo también había aprendido muchas cosas sobre el comportamiento humano. Ella estaba plena, satisfecha y también muy agradecida. Volvimos a vernos una semana después y llevé conmigo dos cajas: una con una araña de peluche y otra con una pequeñita de verdad, por supuesto, no venenosa. Y la experiencia de Ada, fue igual de gratificante y potenciadora, aunque no tocó la araña de verdad, se quedó con la mía de peluche, para recordar así, el triunfo de su cambio. Yo tuve que comprar otra porque esa era de mi hijo.

No hay comentarios: