TÉCNICA DE PNL:Cura Rápida de Fobias Parte I

INTERVENCIÓN PERSONAL CON TÉCNICA DE PNL:Cura Rápida de Fobias

A continuación iré describiendo el proceso paso a paso, como yo lo estaba planificando y cómo fue llevado a cabo con éxito. Este proceso completo requirió una sesión previa de contexto, para establecer la situación presente (a cambiar) y la deseada (a lograr), una segunda sesión de aplicación propiamente de la técnica y una sesión de chequeo y constatación del cambio logrado.

SESIÓN 1
En principio la cliente no sabía bien de que trataba el trabajo que íbamos a hacer.Tomé un pequeño tiempo de introducción (...).

“Yo tengo un miedo incontrolable a las arañas, y quiero trabajarlo, pues actualmente este miedo está influyendo hasta en mi vida laboral. Te cuento: el otro día estaba en la oficina donde trabajo, y tenía mucha presión y prisa, por entregar un informe que tenía que finalizar ese día. Justo en el momento en que estaba más inspirada escribiendo en el ordenador, no me preguntes por qué, pero mis ojos se desviaron hacia la esquina superior del techo, y me imagine o creí ver, que allí justo en el rincón, en la esquina había “una”… y no te imaginas Lorena, me quedé petrificada, por no se cuánto tiempo. Cuando reaccioné fue para levantarme de la silla y huir despavorida hacia fuera de mi oficina, dando gritos desesperados y por supuesto la alarma fue general, mis compañeros y mi jefe, salieron todos en mi auxilio, cuando llorando me logré calmar un poco, entre sollozos, dije “lo” que había visto, al principio hasta creyeron que me había picado y todo, pues mi alarma y angustia era realmente impresionante, pero luego lograron entender que sólo “la” había visto. Por supuesto, ellos entraron a la oficina para chequear y ya sea sacar fuera o matar “al bicho” que tanto me había asustado. Y ¿sabes qué es lo peor? que removieron toda la oficina, sacaron muebles y ordenador, silla, todo, y ¡nada! No había nada… o se había ido, o la verdad, es que me da hasta vergüenza aceptarlo, pero podría haber sido producto de mi imaginación, potenciada por mi miedo. La verdad yo creía que esto ya me había pasado un poco, pero con esto que me pasó veo que no, que aún está vivo este miedo en mi, y realmente ahora no sé bien qué hacer o cómo manejarlo. Lorena ese día por mucho que intentaban razonar conmigo, explicarme de todas las formas que ya no había nada en mi despacho, yo no logré volver a entrar y te imaginarás el resultado desastroso con mi informe, que por supuesto, no estregué ese día”.

En ese momento, ya yo tenía datos suficientes para trabajar con Ada y su miedo a las arañas, y tenía dos opciones, trabajar con esa información o buscar un poco más.

Primero yo tenía que obtener sólo un poco más de información ese día. Le pregunté a Ada si ella creía que ese miedo, ese comportamiento de tener miedo a las arañas, pues podría tener de alguna manera una “intención positiva”. Ella me dijo que sí, que creía firmemente que eran animales muy peligrosos, y que ese miedo, servía para protegerla de una posible picada o mordida. Pero que ella no quería paralizarse por ese miedo, que pensaba que se podía conseguir protegerse de esos “bichos” alejándose o retirándolos a ellos, sin quedarse inutilizada y angustiada.

Después de esto, le sugerí a Ada la posibilidad de trabajar en un segundo encuentro, con una técnica denominada “CURA RÁPIDA DE FOBIAS”. Le expliqué que la diferencia entre un miedo y una Fobia, se establece por las implicaciones que esa emoción, que muchas veces es protectora: el miedo, tiene en nuestra vida en un momento dado. Le dije que en su relato había escuchado detalladamente, que ese miedo que ella tenía por las arañas, le había impedido entregar su informe a tiempo, y en resumen, actuar como la excelente trabajadora que yo sabía que ella era. En todo momento chequeaba con Ada –en su lenguaje verbal y no verbal- que ella estuviese de acuerdo con lo que yo estaba planteando. Corroboré con ella si pensaba –como yo- que, las implicaciones negativas que eso estaba teniendo en su vida actual, específicamente en su vida laboral, eran importantes. Ella estuvo totalmente de acuerdo, en ello y en hacer la segunda sesión.
Antes de cerrar ese día, sin embargo, yo tenía implícitamente otro objetivo: dejar a Ada un poco más tranquila de cómo la había sentido llegar a la consulta. Así que le calmé un poco su angustia –que se había vuelto a manifestar mientras ella relataba el incidente de su despacho- diciéndole que no importaba si eso había sido imaginado por ella o había sido “real” pues había sido real en su vivencia de ese momento, y que nuestro cerebro maravilloso a veces no distingue la diferencia entre lo que imaginamos o realmente percibimos, pues los hechos que generan emoción o sentimientos en nosotros. Así le daba la importancia a la situación que Ada necesitaba en ese momento, para sentir reconocida su inquietud. Luego le pregunté si podía recordar alguna situación que ella hubiese superado con éxito, que si había algo que ella misma había cambiado de su comportamiento o actitud, en el pasado, que hubiese superado con éxito, que nos serviría que recordase cualquier evento, ahora, sea el que fuera.
Ada me contó, entonces:
“Bueno, a ver, no tiene nada que ver con esto que te conté antes, pero ¿Sabes que yo tenía muchísimo miedo de hablar en público? Cuando entré a trabajar aquí lo dije, que yo hacía el trabajo completo, pero que en las reuniones alguien debía presentar los proyectos por mi, que yo no lo haría. Pero poco a poco, con el trabajo en equipo, teniendo confianza en mis compañeros y en mi jefe, que es una bella persona, pues un día me atreví a hablar yo, en una reunión y como la verdad, no fue tan difícil, después de todo, me quedé tranquila y contenta con ese resultado. Desde ese día ahora ya hago las presentaciones cuando es necesario. La verdad no lo hago demasiado relajada aún, pero sé que poco a poco y con la práctica, pues ya ese miedo que tenía ya no es un impedimento para mi en mi trabajo”

Así lograba el objetivo que me había propuesto en esa primera sesión, Ada estaba ahora más tranquila y relajada. Le dije que si ella se había sido capaz de superar ese “aspecto” de su vida –fíjese que no volví ese día a mencionar la palabra miedo, y si lo requerí hacer en un momento dado, lo haría en pretérito, como si ya eso hubiese sido superado. Otro detalle importante que añadí, en ese momento, fue hablar de su “vida” en forma general, y no sólo del dominio laboral. Así yo estaba sentando las bases del cambio, a través de mi propio lenguaje-., entonces le pregunté si ella creía que podría ser capaz de superar “otros” aspectos de su vida, y conseguir así agregar más y mejores recursos para sí misma. Ella estuvo totalmente de acuerdo, y lo mejor, era que se sentía bien.

Quedamos así de acuerdo para trabajar al cabo de pocos días después de nuestro primer encuentro, pues confiaríamos –esto lo propuse yo en forma metafórica- en que el universo era tan inteligente y organizado, que nos esperaría a ambas para “poner a prueba” los resultados del cambio que íbamos a instalar, sólo después de haberlo finalizado. Así “de seguro” tendríamos al menos una semana antes de “alguna prueba de fuego” –nótese aquí que no volví a mencionar ni el miedo, ni los sujetos del miedo, las arañas, y además añadí el recurso de confiar en la inteligencia y fuerzas universales, para postergar un posible “encuentro” ya sea real o imaginado, pues yo creo firmemente que si estamos pendientes de algo, como fenómeno de la atención y la percepción, pues también de alguna manera lo atraemos. También, confiando en el fenómeno de las profecías de autocumplimiento, y la ley de las probabilidades, yo sabía que si Ada, no tenía un “encuentro” con sus “amigas” en estos días, pues aumentaría su confianza en ella misma, y su disposición para el cambio. Aunque como se observó, también añadí la posibilidad cierta de tener “ese encuentro” después de terminado el trabajo con la técnica de “Cura rápida de Fobias”, que a veces requiere el chequeo de la instalación del cambio.